La obtención del aceite de ajonjolí inicia con el prensado en frío de semillas de ajonjolí previamente sometidas a un proceso de tostado controlado. Este método permite conservar los compuestos bioactivos presentes en las semillas, tales como ácidos grasos insaturados, antioxidantes naturales (como sesamol y sesamin) y vitaminas liposolubles.
Posteriormente, el aceite crudo es sometido a un proceso de refinamiento. Este refinamiento elimina impurezas, residuos coloidales y compuestos volátiles no deseados, garantizando un aceite estable, de alta calidad y apto para consumo humano o aplicaciones cosméticas.

El aceite de ajonjolí se distingue por su rica composición en ácidos grasos esenciales, como Omega 3, omega 6, lecitina. Y minerales como calcio, fósforo, cobre, magnesio, manganeso, vitamina E y vitaminas del grupo B. por lo tanto brindan propiedades antioxidantes, hidratantes y analgésicas.

Puede consumirse de diversas formas. Crudo, o añadido a diversas recetas, enriqueciendo salsas, aderezos y ensaladas.
Aceite de ajonjolí